Los niños y las niñas queremos que nos den trato igual porque tenemos los mismos derechos. Es cierto que niños y niñas tenemos cuerpos diferentes, pero somos igual de inteligentes, fuertes; podemos hacer los mismos deportes y divertirnos. Desgraciadamente todavía hay muchas personas que piensan que las niñas sólo deben jugar con muñecas y ser amas de casa cuando sean
grandes; pero están equivocadas, porque las mujeres también pueden ser ingenieras, doctoras, astronautas, gobernadoras y presidentas de un país.
Para que las niñas puedan desarrollarse con todas sus capacidades, se les debe dar trato igual que a los niños. Deben contar con los mismos derechos y las mismas oportunidades de cuidados, de alimentación, de educación, de salud y de diversión.
Los niños y las niñas deben ser respetados por igual, tanto en sus sentimientos como en su cuerpo, como cuando decidan qué quieren ser cuando sean grandes.
No se trata de que los niños tengan ventajas sobre las niñas, ni tampoco que las niñas estén mejor que los niños, sino que todos, niños y niñas, hombres y mujeres, sean tratados como iguales y puedan estar contentos de que son respetados como las personas que quieren ser.
Cecilia Loría
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